04 julio 2010

on ly

Entonces A tiene la irresponsable necesidad espiritual de vivir novelas de amor y fantasía. Sin libros la soledad le sería una simple falta de compañía, con ellos es tristeza. La historia del más solitario de los hombres solos, cuenta:

A: Hola B, vamos al cine?

B: Hola A, perfecto. Paso por tu casa y vamos.

A: (unos segundos más tarde) Uy, mirá, acabo de recordar un compromiso impostergable. Dejamos el cine para otro día.

B: No hay problema, cuando quieras me avisas y vamos.

A: Perdón y gracias.

Y entonces A se queda solo en su casa satisfecho de saber que no está solo, que solamente es un hombre solitario que necesita constantemente comprobar que cuando lo desee puede dejar de estar solo. Pero cuando nadie esté, será el fin de su adoración por la soledad, dejará los libros de la soledad y saldrá desesperado a buscarte.

Desdichadamente, hoy te has cruzado con el hombre más solitario de los hombres solos.

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